Como es de todos pero es de nadie, cualquiera puede culpar a River, marcar a River, manchar a River, degradarlo, humillarlo, incendiarlo y enterrarlo.
Como es gigante, pero indefenso, cualquiera puede acusar a River, puede injuriarlo, insultarlo, ofenderlo, difamarlo o escupirle a la cara, porque sabe que River no le puede contestar. Pobre mi River querido.
Siempre asociado a palabras luminosas como juego limpio, esfuerzo, deporte, triunfo, belleza, cultura, educación y estilo.
Y ahora, ensombrecido, arrastrado, cubierto por mantos de muerte, de sospecha y de infamia.
River es culpable de asesinatos.
River incentiva o soborna.
River aprieta.
River apaña delincuentes.
River es cómplice de todas las actividades delictivas imaginables. River es garito, escondite y aguantadero.
River. Unica entidad que es culpable aunque se demuestre lo contrario.
Si el 4 de Patronato sale en la tapa de los diarios es por culpa de River. Dice que River lo incentivó. No que tal o cual amigo de River, o jugador o dirigente lo hizo.
Si la banda de gangsters que forma asociación ilícita con agentes de seguridad corruptos o funcionarios, en el mejor de los casos, ineptos, comete delitos y hasta asesinatos, se acusa a la banda roja. A River.
River culpable de muerte. Para asociar con cierto espiral de básico pensamiento que difunden los grandes medios como lógica de este tiempo, el que mata tiene que morir. Entonces... Muera River.
Ese River que le dio brillo a los nombres propios que engrandecieron su historia.
Ese River que no reclama como suya ninguna atajada del gran Amadeo o del Pato Fillol o de Goyco. Quienes volaban de palo a palo eran ellos... con nombre y apellido.
Mi River no fue mágico, eso fue el Beto Alonso.
Mi River abrió sus páginas de gloria para que estampen su firma el inmenso Francescoli, Angelito Labruna, Ramón, el Burrito y todos los que mostraran su virtuosismo.
Todo lo bueno con el nombre de los protagonistas. Todo lo malo es River.
River, que ya no es millonario. Millonarios son los que con buenas artes deportivas triunfan en River o millonarios son los que con malas artes se aprovecharon de él.
Por eso, como yo soy de River y River es parte de mi identidad, cada vez que lo ofenden me están ofendiendo a mi.
Porque yo no me beso la camiseta este año y el siguiente, si me conviene, me beso la de Al Qaeda Futbol Club.
Por lo tanto exijo que cuando haya acusaciones, sean concretas, a las personas responsables de cada área que corresponda.
Porque cuando hubo desgracias en otros ámbitos de convocatorias multitudinarias, no se acusó al local, ni nadie sugirió "suspendan Buenos Aires".
Hay responsables presos y hasta cayó un jefe de gobierno. Porque si se produce un incidente brutal, se debe ir seriamente al foco del hecho.
No fue culpable del asesinato de Lincoln el teatro Ford, donde lo balearon. Ni se cerró el Congreso de la Nación por el crimen del senador Bordabehere defendiendo a Lisandro de la Torre.
Quiero justicia siempre. En mi club, en mi barrio, en mi ciudad.
Pero justicia de verdad. Con inteligencia, prevención y responsabilidades.
River es un club donde miles de personas hacen a diario actividades recreativas, deportivas y culturales. Con un colegio con miles de alumnos de todos los niveles educativos.
River no maneja cámaras de seguridad. Lo hace el ente responsable.
En los partidos paga miles de efectivos policiales y se contratan cientos privados.
El estadio de River, el más importante del país, ya estuvo clausurado este mismo año.¿Sirve eso? ¿Sirve ese u otro castigo a una institución que en verdad es víctima de quienes han usurpado su nombre y sus espacios?
¿No es darle más poder de chantaje y apriete a las mafias, ser cada vez más duros con el club al que ellos lastiman?
Pobre mi River querido. El de mi abuelo, el de mi viejo y mis hermanos. El de mis hijas y mis nietos. Aún así, golpeado, devaluado, herido... Vamos River. Ahora más que nunca.
Viva River. Mejor dicho... Reviva River.
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